Héctor Infanzón. La vida fusionada con la música.

ELIZABETH RUIZ RUIZ/ PUBLICADO TAMBIÉN EN PALABRADIGITAL.COM.MX



Músico innato, con una vida de logros y algunas derrotas es como Héctor Infanzón describe su vida desde niño y su carrera hasta ahora, en una entrevista muy amena que el artista concedió a Palabra Digital, en su estudio de grabación ubicado en el corazón de la Ciudad de México.

Para Héctor Infanzón la mejor herencia familiar es la música. Mientras muchos niños de su edad jugaban en los alrededores del eje central con carros o paseando por el centro de la ciudad, la diversión de este magnífico pianista se encontraba en los innumerables instrumentos musicales con los que su padre contaba en su hogar en San Juan de Letrán y mediante el juego aprendí la música.

Fue hasta los 17 años que Infanzón decidió tomar el camino de la música como su profesión. Una amiga de la preparatoria lo encamino al momento decisivo de su vida. Una señal inconfundible dentro de una escuela de música ubicada en República de Cuba 92, en el centro histórico del D.F., a donde ella lo llevó, lo ayudó a confirmar su vocación. Un rayo de luz de un domo interno y sonidos de las clases que en ese momento se impartían, bastaron para que Héctor dejara de jugar a la música para convertirla en su vida entera.

A pesar de verse familiarizado desde siempre con esto, el joven músico se encontró con momentos de duda y un fantasma que no desaparece. El fantasma de la edad. Fue en Boston, en la escuela de música cuando conoció a Óscar Peterson, mismo que fue la inspiración musical del mexicano para dedicarse a esto como carrera.

Es en esa ciudad donde se entera de que un joven menor que él se encuentra de tour con el pianista canadiense. Esto en conjunto con algunas observaciones de su maestro en turno lo hicieron dudar de su vocación. Sin embargo, el amor por la música fue más grande que cualquier duda que le pudieran generar y a partir de ese momento sólo actuó por lograr sentirse bien con lo que haría siempre, la música.

“Esta carrera se empieza a los 7 u 8 años y yo era un adolescente. A los 23 años un maestro con quien trabaje mucho me dijo algo que me marcó cuando le pregunté si realmente tenía una oportunidad me dijo que dejara de perder el tiempo en pensar que llegaré a hacer y mejor me concentrara en que quiero llegar a ser, que habría de llegar a un punto y ahora lo creo.”

A su regreso a México, estudió y mejoró su técnica durante 6 años, renunciando a todo trabajo que se le presentaba. Encontró un maestro que le enseñó lo que necesitaba saber y cuando se sintió realmente listo comenzó a trabajar.

En la actualidad el maestro Infanzón se encuentra muy contento por la presentación de su nuevo álbum titulado Citadino, el cual tiene el placer de presentar el próximo 27 de Agosto en el Lunario.

“A diferencia de los demás conciertos, éste es muy especial porque integraré elementos que siempre quise como la danza, elementos visuales y escénicos además de una interacción más cercana entre estos elementos y el objetivo es contar la historia del centro desde mi versión.”

PD ¿A pesar de la gran trayectoria que tienes, sientes que faltan aún muchas cosas más en tu carrera?

HI Sí falta mucho, aun faltan muchos proyectos, pero todo requiere tiempo. ¡Siento que apenas empieza la fiesta! Estoy muy bien, con un amor muy grande por mis amigos, mi familia y sobre todo por lo que hago. Recién empiezo a escribir para orquesta y estoy muy contento con ello porque siempre lo quise hacer y faltan muchos años para desarrollar esto y trabajar con muchas personas más.

Citadino, es un trabajo totalmente nuevo. En el escenario los espectadores se encontraran muchas sorpresas con elementos diferentes, innovadores y que hasta pueden ir en contra de la imagen que el artista ha tenido durante muchos años.

Infanzón contará muchas historias de la ciudad con elementos cien por ciento citadinos y reales mismos que él asegura, entretendrán al público en todo momento haciéndolos pasar un rato muy agradable y fuera de lo común.

Después del Lunario, Héctor Infanzón se dirige a Aguascalientes para presentarse en el festival de Jazz de aquella ciudad y regresa para adentrarse en más proyectos personales en los que actualmente está trabajando.